Durante el encuentro de la UAC, se pudieron escuchar algunas palabras que apuntaban directamente contra la explotación y saqueo de los recursos naturales, actividades que son otros modos de explotar y saquear la vida de quienes viven esos recursos: los pueblos. Por Agencia Walsh y Contrapunto.
Libertador San Martín, martes 28 de julio // Encontrar un espacio para decir su palabra, es tarea ardua para los pueblos. Pero nada impide que se organicen en ese afán vindicador. Así es que nació el encuentro de la Unión de Asambleas Ciudadanas. Así es que llegan a la ciudad de Libertador San Martín, departamento Ledesma, Jujuy, a repudiar al ingenio allí instalado hace 101 años, y a todas aquellas empresas nacionales y extranjeras que explotan y saquean los recursos naturales como mecanismo macabro de explotar y saquear la vida humana.
Entre tanto vicio expoliador, Ángel, del Movimiento Campesino de Santiago del Estero-Vía Campesina (MoCaSe-VC), camina con su mirada puesta en el horizonte de las libertades diciendo que la UAC es para “fortalecer alianzas estratégicas”. Dice que el MoCaSe, quien a nivel nacional participa del Movimiento Nacional Campesino Indígena, y a nivel internacional de la Vía Campesina, llega hasta la décima UAC con la preocupación de “los negocios que saquean y contaminan el ambiente”, y pone como ejemplo de alerta lo que está sucediendo en Honduras y la violación a la soberanía de ese pueblo. “Las derechas promueven políticas en contra de esos gobiernos”, dice, y completa su decir con la idea de que “los gobiernos de derecha no promueven políticas de desarrollo”. El ejemplo más cabal lo tiene en su propia provincia. “En Santiago, llevamos 20 años luchando contra Monsanto, Singenta, empresas que impulsan el modelo sojero (transgénico), un modelo que produce alimentos para la ganadería en corrales cerrados que van en contra de la soberanía alimentaria”.
Otra de las voces, la de Sara, de la organización Huella Gaucha, llega hasta el encuentro con la denuncia del cateo minero del año 2008, en la zona verde de Jujuy, una acción que culminará con la expulsión de las comunidades allí asentadas. Comentó que dicho cateo “se suspendió por la ley de bosques nativos, pero que el proyecto sigue y se reducirá la zona verde”. Es que, según dijo “no se respeta la ley en la práctica”, y que “se está haciendo un nuevo reordenamiento pero sin la participación del pueblo”.
Con algo más de antigüedad en su palabra, la voz Wichi de Domingo se acerca para decir “¡basta de capitalistas! ¡Basta de soja!”, porque “se adueñan de nuestras tierras”. Domingo cuenta que en su comunidad donde vive en la localidad de San Martín, Salta, hay 3000 habitantes en apenas 200 hectáreas. En su decir afirma: “tenemos que seguir luchando para el bienestar de nosotros y de nuestros hijos”.
Por su parte, Norberto de Movida Ambiental, Santiago del Estero, expresó que la lucha es contra los ingenios y empresas mineras como Alumbrera que desmontan para la siembra de soja y contaminan agua, cielo y tierra. Expresa el pedido de la modificación del código minero elaborado en la década menemista, que beneficia a las empresas en cuestión impositiva, eximiéndolos, entre otros beneficios, en el pago de retenciones para la exportación. Además, Norberto alerta sobre el avance de las mineras sobre las universidades, poniendo como ejemplo la apertura de la carrera de Técnico Minero en la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSe).
En tanto, Oscar, de la provincia de Salta, habla para repudiar “estos emprendimientos inconsultos que se hacen a espaldas de nuestros pueblos”, refiriéndose al ordenamiento territorial, que permitiría el desplazamiento de comunidades para la siembra de más transgénicos. “A Ledesma le aceptaron expandir el desmonte para el negocio del biocombustible”, dice, y asegura que “la expansión de los ingenios azucareros, es la expansión de la contaminación y enfermedades como la bagazocis, el dengue y el cólera”.
Así fueron diciendo. Así fueron juntándose los decires. La UAC es un encuentro de palabras, de cuerpos que son y dicen su pensamiento. Pero no en el descanso de la espera de soluciones, sino en la marcha del proceso de construirlas más allá de las políticas del estado.
Los pueblos se miran, se preguntan, se escuchan y se hacen a pesar de los malos gobiernos.
Por Contrapunto y Agencia Walsh
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